Una de las responsabilidades principales de la dirección de las organizaciones es identificar y desarrollar las ventajas competitivas que les permitan tener una posición relevante en cada mercado y desarrollar su negocio pensando en el crecimiento continuo. La inversión en el recurso humano es clave para esto y el foco que se le debe dar a los líderes de los equipos es fundamental.

La inteligencia emocional es un concepto más amplio del que se presenta en las reseñas y publicaciones que actualmente se encuentran en las redes. Es un conjunto de habilidades que, usadas correctamente, permiten a la persona actuar en diferentes contextos y a la medida de cada situación, con el fin de encontrar un resultado satisfactorio. Para el caso empresarial se ha vuelto un requisito en la descripción de los roles y una necesidad que nace a raíz de la crisis.

Las situaciones de riesgo ponen a prueba a los líderes de las empresas sin importar su tamaño y la crisis sin precedentes trae retos complejos que se afrontan sin tiempo para planear. Es en este momento en el que resalta el talento humano, el liderazgo y los equipos que son capaces de evolucionar constantemente y adaptarse. Cuando ocurre lo anterior, la organización desarrolla una ventaja competitiva que le proporciona una posición privilegiada en su mercado, ya que se vuelve más veloz y maleable.

Estas habilidades que muestran los líderes de los equipos pueden ser aprendidas con el tiempo, innatas o aparecer en el momento que se requieren gracias a la presión e impulso del inconsciente. Son muchas, pero según el artículo de Business 2 Community, las más relevantes en este ambiente son:

• Autoconocimiento: cuando los líderes conocen perfectamente sus debilidades y fortalezas, propósitos, valores, emociones y creencias, son capaces de desempeñarse correctamente frente a los retos, pueden llegar a entender mejor a los demás miembros del equipo y la forma en cómo lo perciben. Un líder que realmente tiene un alto nivel de autoconocimiento no se deja llevar por la presión y puede permitir que sus sentimientos y emociones afecten sus decisiones, ya que tiene claridad sobre el poder de influencia que tiene sobre los demás.

 

• Conciencia Social: poder ser genuinamente empático con el equipo y fijarse en las necesidades que se presentan a diario para poder así ser parte activa de la solución, construye un vínculo personal en el que se comparten miedos y dolores, acercando al líder de la forma más humana posible. Esto crea sentido de pertenencia y adherencia al propósito.

 

• Gestión de las relaciones: un líder no solo lo es por su posición jerárquica ni por sus responsabilidades directivas, lo es por tener la capacidad de entregarse más a las necesidades que presente su equipo. El poder confrontar y solucionar los conflictos mientras provee seguridad y balance en la vida laboral.

 

• Adaptabilidad: la combinación entre agilidad y resiliencia permite recibir cualquier crisis que se presente sin avisar, demostrando y transmitiendo seguridad durante toda la evolución de la circunstancia. Luego se necesita la configuración de conocimientos específicos sobre cada negocio para que las decisiones sean lo más acertadas posibles.

 

El resultado final de un líder que desarrolle al menos estas tres habilidades en sus equipos, es una compañía más competitiva que las demás y por consiguiente con más probabilidades de sobrevivir a una etapa de recogimiento económico. Estas personas son difíciles de encontrar y no es común verlas en búsqueda de oportunidades laborales. Para esto, los cazatalentos cuentan con candidatos pasivos y activos en su portafolio, listos para afrontar nuevos retos y asumir posiciones directivas en cualquier empresa que busque un líder con las habilidades necesarias.